Cualquier injuria persistente en el parénquima hepático puede llevar a provocar un daño, tanto morfológico como funcional del hígado. Clásicamente se describe la inflamación y necrosis que persiste en el tiempo como la causa de fibrosis y regeneración nodular (cirrosis) el cual sobrepasa la capacidad de defensa y reparación de éste órgano, llevando a la generación del daño hepático crónico, que se manifiesta con cambios tanto morfológicos como funcionales, en este último caso como una insuficiencia hepática.
El daño hepático crónico anatomo-patologicamente se manifiesta como una cirrosis hepática que es un proceso de alteración final del hígado; según la clasificación morfológica existe la cirrosis micro nodular (menor a 3 mm) que se observa principalmente en el alcohol, y la macro nodular (mayor a 3mm) que se observa en otras patologías como en virus, sin embargo la clasificación más útil en el DHC es la etiológica.
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